lunes, 15 de diciembre de 2008
Yehá, el Sultán y las mulas
Un día quiso el Sultán reírse de Yehá. Le rogó venir a Palacio y acompañarle a dar un paseo en mula. El Sultán, para ridiculizar a Yehá, había mandado cortar el labio superior de la mula que le estaba destinada. Yehá fue a la cuadra antes de reunirse con el Sultán y se apercibió de la que estaba preparado. Entonces cortó la cola de la mula del Sultán y le puso alquitrán en la herida. En el momento de subir en las mulas, Yehá fingió no darse cuenta de la mutilación de su montura. Cuando iban de camino se volvió el Sultán hacia Yehá, que respetuosamente trotaba detrás de su Señor, y le dijo: –¡Oh, Yehá!, ¿por qué se ríe tu mula? –Señor, respondió Yehá, se ríe de ver que la vuestra no tiene cola. El Sultán comprobó que, en efecto, su mula no tenía cola y que había sido ridiculizado a los ojos de los paseantes. Se apresuró a dar media vuelta y entrar en palacio.”
sábado, 22 de noviembre de 2008
EL IMPERIO CAROLINGIO
ser una renovación del Imperio Romano de Occidente.
Carlomagno creó una administración centralizada y contó
con la colaboración de los missi dominici para
inspeccionar sus dominios y controlar a la nobleza
local. Durante su reinado se produjo
lo que se conoce como Renacimiento Carolingio,
un periodo de esplendor en las
letras (Alcuino de York, Paulo Diácono, Pablo
de Pisa, Teodulfo y Eginardo) y las
artes (mosaicos y miniaturas)
EL TRATADO DE VERDUN
Se firmó en 843 y significó la división del Imperio Carolingio entre
los hijos de Luis el Piadoso (778-840), que eran nietos de Carlomagno.
Carlos el Calvo (823-877) obtuvo el reino franco occidental
(Neustria y Aquitania), Luis el Germánico (804-876) consiguió el reino
franco oriental (Austrasia) y Lotario I (795-855) recibió una franja
entre ambos territorios, el reino de Italia y el título de emperador.
CARLOS MARTEL
Europa después de la muerte de Carlomagno
Después de la muerte de Carlomagno sus sucesores fueron débiles e incapaces de regir con energía tan vasto imperio. Ludovico Pío, hijo de Carlomagno, reinó cerca de treinta años (814 al 840); pero pronto después de su muerte se entablaron entre sus tres hijos luchas furibundas que se terminaron con la paz de Verdún (843), quedando el imperio dividido para siempre. Lotario, el hijo mayor, conservó el título de emperador del Sacro Romano Imperio, pero sólo fue rey de Italia y de una faja de territorio que comprendía el valle del Rhin y que se llamó Lotaringia; Carlos el Calvo reinó en Francia, y Ludovico, o Luis, el Germánico, en Alemania.
domingo, 2 de noviembre de 2008
La Gran Muralla China
La construcción de la Gran Muralla China fue ordenada por el Emperador Qin, durante la dinastía del mismo nombre, para defender a su reino contra las tribus nómadas; y continuó a través de las sucesivas dinastías chinas. La parte de la muralla que permanece hasta hoy, formaba parte de la Ruta de la Seda y fue construída durante la Dinastía Ming. Se extiende por unos 6.350 kilómetros.
Fue construida para proteger el imperio de China desde el siglo III a. C. de los ataques de los nómadas xiongnu de Mongolia y Manchuria. El principal propósito del muro no era impedir que fuera atravesado, sino más bien impedir que los invasores trajeran caballerías con ellos.
A través de los siglos, los ejércitos se acuartelaron a lo largo de la muralla para advertir cuanto antes sobre una invasión y proveer una primera línea de defensa.
Después de la formación de la Dinastía Qing, la muralla no tuvo ningún uso funcional, ya que el país se encontraba entonces gobernado por la misma gente a la cual se quería mantener alejada con la constucción del muro. Entonces, se convirtió en una fuente de materiales de construcción para las aldeas y pueblos cercanos, que contribuyeron a su deterioro y destrucción.
La Gran Muralla está formada por una serie de murallas construidas y reconstruidas por diferentes dinastías durante más de 1.000 años.
La muralla fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1987.
El día 7/7/2007 la muralla china fue nombrada como una de las ganadoras en la lista de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.
lunes, 13 de octubre de 2008
Legionarios y Campamentos romanos.
El ejército romano se hallaba muy estructurado, aunque su organización cambió con el paso del tiempo. En tiempos de César, la unidad mínima era la centuria, compuesta por 80 hombres y mandada por un centurión. Dos centurias hacían un manípulo; tres manípulos componían una cohorte, con 480 legionarios, y diez cohortes integraban una legión, que, en orden de batalla, formaba en tres filas. El equipo básico de un legionario se componía de un yelmo, un protector dorsal o cota de malla, un escudo circular o rectangular, una daga, una espada y una lanza arrojadiza. Al final de la marcha, las legiones levantaban campamentos siempre con el mismo trazado, aunque el tamaño variaba según albergase una cohorte, una legión o un ejército entero. Si el ejército quedaba estacionado durante mucho tiempo, el campamento se convertía en semipermanente o permanente, siendo levantado con materiales más duraderos. Rodeado por un foso y un muro y de planta rectangular, lo cruzaban dos grandes vías, que daban a su vez a cuatro puertas. Las partes principales eran el praetorium, donde se asentaba el Estado Mayor y el forum, para celebrar las asambleas militares. Las legiones se disponían en hileras paralelas de tiendas, en cuyos extremos se situaba la del centurión. Los legionarios se incorporaban al ejército, tras un periodo de dura instrucción, para servir durante veinte años. Los campamentos de legionarios, diseminados por el Imperio, aseguraban la protección de las provincias de tan vasto territorio, que abarcaba 60 millones de habitantes.